Marisa Lazo, además de ser una empresaria exitosa, es madre de dos hijas y este 10 de mayo celebra que durante muchos años pudo cumplir con los retos que se planteó, primero en lo familiar, y después en lo profesional.
Recuerda cómo la organización de su tiempo fue fundamental para no descuidar cada una de sus responsabilidades: “es cuestión de organizarte y saber cuáles son tus prioridades, por supuesto mis hijas fueron primero, creo que si lo tienes claro desde un inicio, encuentras el tiempo para hacerlo”.
Dijo que los hijos aprenden a compartir su tiempo con “los otros amores de su madre”, que en este caso es su negocio, mismo que durante los últimos años ha prosperado de manera importante. “Hacemos hijos menos egoístas, hijos que pueden considerar los gustos y las necesidades de sus padres, y creo que crecen más sanamente”, afirmó en entrevista. Confió que una de sus mayores gratificaciones es que sus hijas reconozcan en ella la disciplina, perseverancia y tenacidad. Y aunque en muchas ocasiones les ha tocado verla desvelarse y trabajar en ocasiones especiales, al final su alegría, dice, es el mayor pago.
“A mí me gusta mucho lo que hago, siempre estoy contenta, me encanta mi trabajo, y ellas se les quedó y lo que me comparten, es que al menos no me veían así como de malas, cansada o enojada porque tenía que trabajar”, refirió. Por lo pronto, parte de este 10 de mayo será como el de los últimos años, una jornada de trabajo ardua, junto a sus empleados. “Es el día más importante junto con el 24 de diciembre; aquí en la fábrica, la jornada laboral inicia a las seis de la mañana, en las tiendas a las nueve empiezan a vender, los días previos nos quedamos hasta muy tarde con toda la gente”.
Ya entrada la noche, será momento de descansar y reunirse con quienes son el amor de su vida, y que como cada 10 de mayo, la estarán esperando con los brazos abiertos.